En Pacientes Como Yo te hemos hablado de la trombosis venosa profunda (TVP), la formación de un coágulo de sangre en una vena profunda que puede viajar a otras partes del cuerpo y desencadenar alguna complicación letal, como un infarto, una embolia pulmonar o un accidente cerebrovascular, Sin embargo, hoy nos enfocaremos en otro tipo de trombosis, la trombosis cerebral; qué es esta afección y cuál es su relación con la TVP.

La trombosis cerebral, también conocida como trombosis venosa cerebral (TVC), ocurre cuando se forma un coágulo en las venas del cerebro. Este tipo de trombosis puede llevar a un accidente cerebrovascular (ACV) debido a la interrupción del flujo sanguíneo y, por ende, a la falta de oxígeno en el tejido cerebral. Los síntomas pueden variar dependiendo de la localización del coágulo, pero comúnmente incluyen dolores de cabeza severos, convulsiones, pérdida de visión, debilidad en un lado del cuerpo y problemas del habla.

La TVC puede ser causada por varios factores, incluyendo trastornos de la coagulación sanguínea, infecciones, traumatismos craneales, ciertos medicamentos (como los anticonceptivos orales), y condiciones como la deshidratación y los desórdenes autoinmunes. El diagnóstico de la trombosis cerebral generalmente se realiza a través de técnicas de imagen como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), a menudo complementadas con una angiografía cerebral.

Por otro lado, la trombosis venosa profunda ocurre cuando se forma un coágulo en una vena profunda del cuerpo, generalmente en las piernas. Esta condición es particularmente preocupante debido a su potencial para causar una embolia pulmonar, que ocurre si un coágulo se desprende y viaja hasta los pulmones, bloqueando una arteria pulmonar.

Los síntomas de la TVP incluyen hinchazón, dolor y enrojecimiento en la pierna afectada, así como una sensación de calor en la zona del coágulo. Los factores de riesgo para desarrollar TVP son variados e incluyen inactividad prolongada (como durante viajes largos en avión o tras una cirugía), historia familiar de coágulos, ciertos tipos de cáncer, trastornos hereditarios de la coagulación, el uso de anticonceptivos orales y el tabaquismo. El diagnóstico de la TVP se realiza comúnmente mediante una ecografía Doppler, que permite visualizar el flujo sanguíneo en las venas.

Pero, ¿cuál es la relación entre trombosis cerebral y trombosis venosa profunda? A simple vista pueden parecer condiciones completamente separadas debido a su localización en el cuerpo. Sin embargo, son similares debido a la formación de coágulos e incluso comparten algunas conexiones.

Una de las más importantes es la predisposición a la hipercoagulabilidad, una condición en la que la sangre tiene una tendencia alta a coagularse. Las personas con trastornos de la coagulación sanguínea, como la trombofilia, pueden estar en riesgo tanto de TVC como de TVP. Además, ciertos factores de riesgo, como el uso de anticonceptivos orales y el tabaquismo, aumentan el riesgo de desarrollar coágulos en diversas partes del cuerpo, incluyendo el cerebro y las piernas.

Otra conexión significativa es la deshidratación, que puede espesar la sangre e incrementar el riesgo de formación de coágulos en cualquier parte del cuerpo. Además, enfermedades autoinmunes como el lupus, que aumentan la inflamación y alteran la coagulación sanguínea, pueden predisponer a una persona a ambas formas de trombosis.

Si bien un coágulo formado en las piernas puede viajar hasta el cerebro y causar un accidente cerebrovascular, la diferencia con la trombosis cerebral es que el coágulo se forma directamente en las venas del cerebro.

Recuerda mantenerte activo para prevenir la formación de coágulos en tus piernas, tomar agua para evitar que la sangre se espese, y mover las piernas durante viajes largos. Encuentra más información en Pacientes Como Yo.

Sucede cuando un coágulo de sangre se atasca en una arteria de los pulmones y bloquea el flujo sanguíneo. Los coágulos suelen provenir de las venas profundas de las piernas, lo que se conoce como trombosis venosa profunda. Una embolia pulmonar puede ser mortal ya que al no recibir sangre, diversas partes de los pulmones pueden morir, lo que hace más difícil suministrar oxígeno al cuerpo. Los síntomas de una embolia pulmonar pueden incluir: dolor en el pecho, falta de aire, desmayos, tos con sangre, latidos rápidos, fiebre, dolor o hinchazón en la pierna. Este padecimiento es una urgencia médica, por lo que se debe buscar atención especializada con prontitud.
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