Te has preguntado ¿por qué es importante dormir bien? ¿Cuántas horas necesito dormir para descansar? ¿Qué ocurre si tengo insomnio? Si la respuesta fue sí, quédate a leer lo que hemos preparado para ti.

Primero, comencemos explicando lo que es el sueño: un proceso biológico que nos ayuda a asimilar información nueva de manera inconsciente; además de mantenernos saludables y sentirnos descansados. Durante el sueño, el cerebro pasa por cinco fases para garantizar el descanso completo de la mente y el cuerpo.

La fase uno se refiere al adormecimiento, la cual dura aproximadamente 10 minutos. En ella, aún somos capaces de percibir la mayoría de los estímulos. En la fase dos disminuye el ritmo cardíaco y respiratorio, por lo que comienza a producirse un sueño más reparador. La fase tres es la transición hacia el sueño profundo, en esta el bloqueo sensorial se intensifica, durando de 2 a 3 minutos. El sueño Delta es lo que se conoce como fase cuatro, y en ella se determina la eficiencia del sueño.

La última fase se conoce como REM, por sus siglas en inglés; o MOR (movimientos oculares rápidos). Esta etapa dura alrededor de 30 minutos; donde durante los primeros 10 la respiración es rápida e irregular. Mientras que en los 20 minutos restantes, se produce un estado de sueño profundo. Las personas que se despiertan durante esta fase logran recordar sus sueños.

Las primeras cuatro etapas conforman una duración de 60 minutos; sumando la fase REM de 30 minutos, hacen una duración total de 90 minutos. Este ciclo se repite varias veces durante la noche, y para lograr un buen descanso, se recomienda dormir un mínimo de 5 ciclos completos en una noche. Sin embargo, la cantidad de sueño necesaria por persona depende de varios factores como la edad, el estilo de vida, el estado de salud y el sueño que se ha tenido en días anteriores.

En conjunto, las fases o ciclos de sueño también ayudan a aprender información, reflexionar y formar recuerdos. Además, mientras dormimos se libera la hormona del crecimiento, aumenta la masa muscular y la reparación de células y tejidos. Asimismo, nuestro corazón y sistema vascular descansan, y se crean hormonas que ayudan al sistema inmunitario a combatir infecciones.

Pero ¿qué pasa con el insomnio? El insomnio es un trastorno del sueño que causa dificultad para conciliarlo o mantenerlo, por lo que puede afectar la salud y el desempeño laboral, así como la calidad de vida. Por lo general, el insomnio se debe al estrés, pero también puede ser una consecuencia de viajar mucho, ya que el ciclo circadiano se altera. Una alimentación excesiva por la noche también contribuye al insomnio debido a que puede provocar malestar físico o acidez estomacal.

Además de asociarse con enfermedades o el uso de fármacos, el insomnio se convierte en algo frecuente con el paso de los años, ya que a medida que se envejece, el sueño se vuelve más “ligero”, por lo que es más probable que ciertos ruidos te despierten fácilmente. La actividad física también interfiere, a menor actividad, menor sueño durante la noche.

En ese sentido, dormir mal, no dormir lo suficiente y el insomnio, aumentan el riesgo de padecer presión arterial alta, enfermedades del corazón, un accidente cerebrovascular, enfermedad del riñón, obesidad y diabetes.

A continuación te dejamos algunos consejos para tener un mejor sueño y prevenir el insomnio. Recuerda que en Pacientes como yo puedes encontrar información sobre otros trastornos y padecimientos, al igual que otros consejos para mantenerte saludable.

La acidez estomacal es un dolor ardiente en el pecho que suele empeorar por las noches o cuando se está acostado. Esto ocurre cuando el ácido del estómago regresa al esófago. Entre las causas más comunes de la acidez estomacal están: la obesidad, ciertos medicamentos, estrés y ciertos alimentos como chocolate, menta, azúcar, café, bebidas carbonatadas, alcohol, cítricos, picantes y alimentos muy condimentados o grasosos. Tener acidez estomacal de vez en cuando es común, tenerla dos veces o más a la semana no es normal, ya que puede ser enfermedad por reflujo gastroesofágico, que puede producir daños graves en el esófago. Es importante tener en cuenta que el dolor en el pecho también es un síntoma de un ataque cardíaco, por lo que es importante buscar atención médica inmediata si se siente dolor intenso en el pecho en combinación con dolor de brazo o mandíbula y dificultad para respirar.
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