Comencemos entendiendo qué es el asma, también conocida como asma bronquial, se trata de una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, y se caracteriza por la inflamación crónica de las vías respiratorias, lo que conduce a la contracción de los músculos de las mismas, dando como resultado la sensación de falta de aire o dificultad para respirar.
Aunque no se sabe con exactitud qué causa esta afección, se ha vinculado a una combinación de factores genéticos y ambientales. La exposición a irritantes que desencadenan alergias puede provocar signos y síntomas de asma, sin embargo, los desencadenantes varían de persona a persona, estos pueden ir desde actividad física hasta infecciones respiratorias, emociones fuertes y estrés, entre otros.
También existen factores de riesgo individuales que aumentan la probabilidad de tenerla, por ejemplo: tener sobrepeso, alguna alergia o algún familiar consanguíneo con asma, así como la exposición al humo de tabaco como fumador pasivo, exposición a sustancias químicas utilizadas en la agricultura y en fábricas, o estar en constante contacto con materiales como el peróxido, que se usa en la peluquería, ya que puede ser tóxico y si se inhala puede irritar las vías respiratorias.
Los síntomas del asma también pueden ser diferentes de una persona a otra, y aunque la falta de aire es el más conocido, ésta puede provocar dolor u opresión en el pecho, problemas para dormir, y sibilancias, es decir sonidos silbantes y chillones durante la respiración. Sin embargo, cuando el asma está empeorando, la dificultad para respirar aumenta y puede requerirse el uso de un inhalador de alivio rápido con mayor frecuencia.
Entre las complicaciones más comunes del asma se encuentran las infecciones respiratorias como la neumonía y la bronquitis; así como el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial> y la enfermedad coronaria. Además, si no se controla adecuadamente, el asma puede tener consecuencias graves, mismas que pueden ir desde la limitación de actividades diarias, hasta la hospitalización.
Por todos estos riesgos, es importante que las personas con asma se sometan a un seguimiento regular con un médico y que sigan el plan de tratamiento recomendado. Asimismo, es recomendable que comprueben el correcto funcionamiento de sus pulmones con un espirómetro, un dispositivo que mide la cantidad de aire que la persona puede inhalar y exhalar, así como su velocidad de flujo.
Aunque hoy no existe manera de prevenir el asma, con un plan de acción adecuado se puede vivir con la enfermedad y evitar los ataques de asma. El tratamiento para el asma incluye: tomar los medicamentos al pie de la letra, es decir bajo un estricto control; vacunarse contra la gripe y la neumonía; identificar y evitar los desencadenantes personales del asma; y aprender a controlar la respiración.
Es importante mencionar que si una persona depende del inhalador de alivio rápido, significa que el asma no está controlada y debe consultar a un médico para realizar ajustes en su tratamiento.
Recuerda que el cuidado de tu salud respiratoria es clave para disfrutar de una vida plena y saludable. Checa estos consejos para respirar tranquilo si tienes asma, y conoce más de otras enfermedades en Pacientes Como Yo.
Referencias:
MayoClinic (2022) https://mayocl.in/2BALnNR
Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (2019) https://bit.ly/3TKcFHX
Medline Plus (2022) https://bit.ly/3z8QjGw