Terminó el Guadalupe-Reyes y terminaron las fiestas, pero ¿terminaron los excesos? Para muchas personas no, por eso hoy queremos adentrarnos en uno de los temas más comunes de cualquier fiesta, no solo de las decembrinas: el alcohol y sus efectos

¿Por qué es tan dañino el alcohol para el cuerpo? El alcohol es una sustancia que interactúa con numerosos neurotransmisores por lo que produce diferentes efectos conductuales. El consumo excesivo de alcohol causa una disfunción aguda y crónica del cerebro provocando alteraciones en el sistema nervioso central, haciendo más difícil controlar el equilibrio, la memoria, el habla y el juicio.

Para los consumidores habituales de bebidas alcohólicas, cualquier celebración es un pretexto para abrir una botella, sin pensar en las consecuencias a su salud. Sin embargo, el consumo cotidiano de alcohol puede convertirse fácilmente en alcoholismo porque muchas personas no son conscientes de que su ingesta está fuera de control, además, como beber alcohol está socialmente permitido, es fácil caer en esta condición.

El alcoholismo es un trastorno progresivo, es decir que implica la necesidad de tener que beber cada vez más para lograr el mismo efecto o la presencia de síntomas de abstinencia cuando se disminuye o se detiene su consumo. Una característica de este padecimiento es que la persona consume alcohol de manera constante y tiene dificultades para el autocontrol y la capacidad para contener el impulso de beber.

Esta enfermedad trae graves consecuencias físicas, psicológicas y sociales, que pueden afectar a cualquier persona sin importar su edad, sexo o clase social. Una persona alcohólica continúa bebiendo aun cuando ya le causa problemas porque ya no bebe de forma voluntaria sino porque no puede dejar de hacerlo o porque depende del alcohol para que su cuerpo funcione.

Independientemente de ser alcohólico o no, una de las afectaciones más comunes a causa del alcohol son las lagunas mentales, que se refieren a vacíos en la memoria de una persona. Esto se debe a que se bloquea temporalmente el paso de los recuerdos de la memoria de corto plazo a la memoria de largo plazo. Asimismo, sus efectos inmediatos provocan consecuencias como accidentes o violencia. 

Pero además del daño al cerebro, el consumo prolongado de alcohol también afecta directamente al cuerpo. ¿De qué manera? Puede producir problemas para dormir, sangrado de estómago o esófago, inflamación y daño en el páncreas, así como cáncer de colon o hígado, solo por mencionar algunos estragos.

Entonces, ¿qué puedes hacer si quieres dejar el alcohol? Si eres consumidor frecuente, haz una pausa y reflexiona sobre si la bebida está causando problemas en tu salud, en tu vida social, familiar o laboral, y si es así, es momento de dejarlo y buscar ayuda, lo ideal es que te acerques a un profesional de la salud o a algún grupo de apoyo con personas que están pasando por una situación similar a la tuya. 

Hay algunos cambios en tu estilo de vida que podrían ser suficientes para ayudarte a controlar tu consumo de alcohol, como: evitar a las personas con las que normalmente bebes o los lugares donde comúnmente lo haces; mantener el alcohol fuera de tu hogar; realizar actividades que no impliquen beber, y pensar en los beneficios de una vida sin alcohol contra las desventajas de éste y sus efectos. 

Por último, ¡no te desanimes! El primer paso es reconocer que el alcohol daña a tu cuerpo, y ya lo has hecho, por eso estás aquí. Dejar el alcohol puede ser muy difícil, y es normal tener un desliz, pero en lugar de “echar a la basura” tu progreso y abandonar tu objetivo, mejor planea cómo actuar por si vuelve a pasar.

En Pacientes como yo encontrarás información sobre el cáncer de hígado y cómo contribuye el alcohol a su desarrollo. Cuida tu salud y agenda una cita médica si la necesitas.

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