Temblores, rigidez, inmovilidad repentina y sobre todo problemas emocionales son resultado de la enfermedad de Parkinson, la cual afecta al movimiento de manera crónica y progresiva. Este trastorno se desarrolla con más frecuencia en hombres mayores de 60 años pero puede aparecer a cualquier edad.

Cuando las células nerviosas no producen suficiente cantidad de dopamina en el cerebro, se altera la coordinación móvil, por lo que se produce el trastorno de movimiento conocido como Parkinson

Aunque actualmente no se conoce una cura, y tampoco la causa, hay algunos factores que parecen influir, como la exposición constante a herbicidas, pesticidas, toxinas o factores ambientales de riesgo, así como tener algún familiar que la padezca, es decir que para algunas personas el Parkinson es hereditario. 

No existe una prueba para confirmar esta patología, sin embargo, para ser diagnosticado, el paciente debe tener al menos dos de los cuatro síntomas motores principales. 

Los cuatro síntomas principales del Parkinson son: temblores en diferentes partes del cuerpo como manos, brazos, piernas, mandíbula o incluso cara, que empeoran cuando la persona está en reposo; movimientos lentos, que se traducen en mucho tiempo para realizar actividades simples; rigidez, cuando los músculos se contraen y se ponen rígidos, dificultando moverlos; y problemas de equilibrio, es decir inconvenientes para sentarse, pararse o caminar, lo que podría provocar caídas.

El Parkinson es una enfermedad progresiva, ya que los síntomas comienzan de manera tan lenta que puede ser que el afectado no se de cuenta. Desafortunadamente no hay forma de prevenirlo, solo existen tratamientos para aminorar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

 

Además de dieta y ejercicio, los tratamientos que ayudan a controlar este trastorno de movimiento son: fármacos, que incrementan el nivel de dopamina en el cerebro; cirugías como la palidotomía o talamotomía, en la que se destruye selectivamente una porción del cerebro, con lo que podrían mejorar los síntomas de temblor y rigidez; y la estimulación cerebral profunda (ECP), que usa un electrodo implantado quirúrgicamente en el cerebro, el cual genera impulsos eléctricos que bloquean las señales que causan muchos de los síntomas motores de la enfermedad. 

La expectativa de vida promedio de una persona con Parkinson generalmente es la misma que una persona sin la enfermedad. No obstante, en etapas tardías se corre el riesgo de que este trastorno no responda a los medicamentos o tratamientos, o de que se asocie a complicaciones graves como caídas, neumonía o asfixia.

Si tienes síntomas de este trastorno neurológico acude con un neurólogo especialista para que te realice una examinación detallada. En Pacientes como yo puedes descubrir más sobre Parkinson y otras enfermedades, al igual que agendar una cita médica.

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